A menudo, cuando encontramos
un perro abandonado, pensamos en qué podemos hacer para ayudarlo. Lo que difícilmente nos imaginaríamos es que sea él quien pueda salvarnos de una situación realmente desagradable. Una turista inglesa en Creta tuvo, sin embargo, precisamente esta experiencia: fue salvada de un atraco por la oportuna ayuda de un perro perdido. Esta historia, a diferencia de los
abandonos masivos de mascotas que ocurren en verano, tuvo un final feliz: la historia de Pepper
Pepper, de perra abandonada a héroe
Georgia Bradley, una estudiante inglesa de 25 años de edad, estaba sentada sola en una costa de Creta cuando dos hombres se acercaron a ella para invitarla a tomar algo. Al rehusar la estudiante la invitación, los hombres intentaron agredirla, pero justo en ese momento intervino en la trifulca
una perra negra que con sus ladridos disuadió a los atacantes. En palabras de Georgia:
"Ella me salvó. Seguramente se dio cuenta de que la situación encerraba algún peligro para mí. Cuando volví al apartamento ella me siguió. Después se dejó acariciar por mí e inmediatamente se estableció un lazo entre nosotras ".Desafortunadamente, las vacaciones de Georgia terminaban y tenía que regresar a su casa en Cornwall, donde vive con su pareja. La protectora de animales local no tenía capacidad, y al parecer la única opción era abandonar a la perra que la salvó. Pero una mezcla muy oportuna de intuición y suerte la llevaron a tomar la decisión correcta, con final feliz incluido.
Adopción, y no sólo para Pepper
Cuando Georgia regresó a Inglaterra, no podía dejar de pensar en su salvadora de cuatro patas, abandonada y sola en Creta:
"Cuando salimos hacia el aeropuerto, miré hacia atrás y vi a la perra corriendo tras el coche. Fue algo muy triste. Cuando regresé no podía dejar de pensar en ella, así que dos semanas después tomamos el avión para traerla a casa." Bastó con asomarse al mismo pedazo de costa donde se encontraron por primera vez, y
la perra abandonada apareció inmediatamente. Por supuesto, hizo falta cumplir con algunas formalidades para mudar a la perra de Creta a Inglaterra: microchip, pasaporte y un chequeo veterinario. El resultado fue
una adopción dichosa y responsable con final feliz añadido: después de su llegada a Inglaterra, la perra, probablemente un cruce de Terrier y Poodle, y bautizada como Pepper, dio a luz a seis cachorros.