Un dueño de gatos bien informado sabe que el elemento clave para
la salud óptima de su gato es una excelente
nutrición. Y sin embargo, a pesar de esto,
la reacción de nuestra mascota ante la
comida servida, ya sea seca, húmeda u orgánica, puede ser un tanto impredecible. Investigaciones recientes, dedicadas a investigar las reacciones de los gatos a los sabores amargos, quizá arrojen alguna luz sobre
por qué los gatos son tan quisquillosos en el tema de la comida.
El estudio: comparación del gusto en humanos y gatos
Un estudio de
AFB International e
Integral Molecular, sido publicado en revisión por pares en la revista
BMC Neuroscience, se ha dedicado a evaluar la reacción a las sustancias amargas de dos receptores de sabor en los gatos, el
Tas2r38 y el Tas2r43. La única "certeza" de la que se partió en esta interesante investigación, ha sido el hecho comprobado de que
los gatos carecen de la capacidad de detectar los sabores dulces. Basándose en este dato, obtenido a través de investigaciones previas, se elaboró la hipótesis que los felinos domésticos podían ser "víctimas" de una sensibilidad muy alta a los sabores amargos. Para confirmar esta presunción, usando células criadas en laboratorio, los investigadores probaron la reacción de estos receptores a sustancias orgánicas conocidas por ser particularmente amargas para el paladar humano:
feniltiocarbamida (PTC) y
6-n-propil tiouracilo (PROP), los cuáles tienen estructuras moleculares similares a determinadas sustancias encontradas en las coles de Bruselas y el brócoli. Los investigadores también hicieron mediciones con respecto a la sensibilidad de los receptores a la
aloina (una sustancia encontrada en varias especias de planta, incluyendo el aloe), y el
denatoniun (Bitrex) que es la sustancia más amarga conocida.Esta agria combinación, que derribaría al comensal más estoico, ha ayudado a esclarecer que el receptor de sabores amargos Tas2r38, es mucho menos sensible a la
feniltiocarbamida (PTC), sin embargo, era casi totalmente insensible al amargor producido por el
6-n-propil tiouracilo (PROP). Los receptores de sabor en el gato conocidos como Tas2r43 son estimulados por la
aloina con una intensidad similar a los receptores en el paladar de los humanos; con respecto al
denatoniun, sin embargo, los receptores del gato son muchísimo más sensibles que los del ser humano. Este último hallazgo constituye un fundamento lo suficientemente firme como para que los estudiosos puedan dar por demostrado que
los gatos perciben los sabores amargos de una manera más intensa y detallada que nosotros.
La comida que le gusta al gato: qué dicen los expertos
Gracias a los resultados de este estudio, podemos ahora entender mejor por qué nuestros gatos son unos comensales tan fácilmente irritables. Como ha sido demostrado, los gatos perciben el sabor amargo en la comida con mucha mayor facilidad que los humanos. Es decir, comidas que a nosotros nos resultarían insípidas podrían, en cambio, resultar en experiencias gastronómicas tremendamente desagradables para nuestros amigos felinos. Esta investigación también les da esperanza a los científicos en el terreno de la administración de los fármacos, un tema bastante espinoso para los gatos y sus dueños: la posibilidad de crear sustancias que bloqueen o inhiban el receptor
Tas2r43, haciendo de este modo más agradables las medicinas y alimentos al paladar de los gatos. Mientras tanto,
la propuesta nutricional basada en ingredientes naturales de Almo Nature, que recomienda alimentar al gato con una dieta compuesta por
alimentos húmedos y
alimentos secos que respeten la naturaleza estrictamente carnívora del gato, se mantiene.